Los gustos son diferentes en cada persona, también varían según el clima, el contexto sociocultural, la etapa evolutiva y estado emocional. Por eso no existe una fragancia única y definitiva para todo el mundo; lo que puede gustar a una persona, puede no gustar a otra.
Es importante tener en cuenta los siguientes aspectos para una mejor elección:
ASPECTOS PERSONALES:
Preferencias aromáticas
Impacto emocional
Imagen que desea transmitir
ASPECTOS EXTERNOS:
Duración, evolución y proyección
Usos y estaciones del año
Originalidad
Relación costo-beneficio
Para una buena elección del perfume es importante reconocer sus preferencias aromáticas, cómo impactan emocionalmente, qué imagen quieres proyectar, qué finalidad buscas con la fragancia y para qué situaciones.
Se recomienda no quedarse sólo con las primeras impresiones de un perfume, sino probar su duración, evolución y proyección sobre la piel. Algunos son inicialmente atractivos, pero luego se desvanecen o evolucionan hacia otro aroma. Y otros no son inicialmente encantadores, pero cuando evolucionan son exquisitos.
Además, hay que considerar su versatilidad, si se adapta a una o varias situaciones de uso, y a cuales estaciones del año. Su originalidad es otra variable a tener en cuenta, así como una buena relación costo-beneficio.
¡Probar es la mejor manera de elegir conscientemente el perfume!
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